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lunes, marzo 29, 2010

Pero si....



"No inventes, no engañes, no robes, ni bebas; pero si inventas, invéntate un mundo mejor; si engañas, engaña a la muerte; si robas, róbate un corazón y si bebes, bébete los mejores momentos de tu vida"



jueves, septiembre 17, 2009

Manteniendo las esperanzas


A las chicas nos enseñan muchas cosas desde pequeñas. Si un chico te molesta, es que le gustas. Y nunca te cortes el flequillo! Así algún día conocerás a un chico maravilloso y tendrás tu propio final feliz.
Cada película que vemos, cada historia que nos cuentan nos pide que creamos en ella. El giro al final de la historia, la declaración de amor inesperada, la excepción a la regla... Pero a veces estamos tan obsesionadas por encontrar nuestro final feliz que nos olvidamos de leer las señales, las que diferencian a los que nos quieren de los que no, a los que se quedarán de los que se irán.
Y es posible que ese final feliz no incluya a ese hombre ideal, puede que... seas tú, recomponiéndote y volviendo a empezar. Liberándote para algo mejor que puede haber en tu futuro.
Puede que el final feliz sea simplemente pasar página. O puede que el final feliz sea este: saber que a pesar de todas las llamadas no devueltas, de todos los desengaños, las meteduras de pata y las señales malinterpretadas, a pesar de todo el dolor y el bochorno, nunca perdiste las esperanzas...

[He's just not that into you]



Película para ver con la vere el fin de semana
No siempre las cosas terminan como uno quisiera,
pero nadie nos puede decir que no hemos hecho el intento.
Lo más importante de todo es no olvidar que cada final, siempre es un nuevo comienzo...


miércoles, agosto 19, 2009

El final



Sólo habíamos caminado unos cuantos pasos por el espeso bosque cuando se detuvo. Apenas habíamos llegado al sendero, ya que todavía podía ver la casa. Era un simple paseo.
Edward se recostó en un árbol y me miró con expresión impasible.
—Está bien, hablemos —dije y sonó más valiente de lo que yo me sentía.
Inspiró profundamente.
—Bella, nos vamos.
Yo también inspiré profundamente. Era una opción aceptable, y pensé que ya estaba preparada, pero debía preguntarlo:
—¿Por qué ahora? Otro año...
—Bella, ha llegado el momento. De todos modos, ¿cuánto tiempo más podemos quedarnos en Forks? Carlisle apenas puede pasar por un treintañero y actualmente dice que tiene treinta y tres. Por mucho que queramos, pronto tendremos que empezar en otro lugar.
Su respuesta me confundió. Había pensado que el asunto de la marcha tenía que ver con dejar a su familia vivir en paz. ¿Por qué debíamos irnos nosotros si ellos se marchaban también? Le miré en un intento de entender lo que me quería decir.
Me devolvió la mirada con frialdad.
Con un acceso de náuseas, comprendí que le había malinterpretado.
—Cuando dices nosotros... —susurré.
—Me refiero a mí y a mi familia.
Cada palabra sonó separada y clara.
Sacudí la cabeza de un lado a otro mecánicamente, intentando aclararme. Esperó sin mostrar ningún signo de impaciencia. Me llevó unos minutos volver a estar en condiciones de hablar.
—Vale —dije— Voy contigo.
—No puedes, Bella. El lugar adonde vamos... no es apropiado para ti.
—El sitio apropiado para mí es aquel en el que tú estés.
—No te convengo, Bella.
—No seas ridículo —quise sonar enfadada, pero sólo conseguí parecer suplicante— Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
—Mi mundo no es para ti —repuso con tristeza.
—¡Lo que ha ocurrido con Jasper no ha sido nada, Edward, nada!
—Tienes razón —concedió él— Era exactamente lo que se podía esperar.
—¡Lo prometiste! Me prometiste en Phoenix que siempre permanecerías...
—Siempre que fuera bueno para ti —me interrumpió para rectificarme.
—¡No! ¿Esto tiene que ver con mi alma, no? —grité, furiosa, mientras las palabras explotaban dentro de mí, aunque a pesar de todo seguían sonando como una súplica—. Carlisle me habló de eso y a mí no me importa, Edward. ¡No me importa! Puedes llevarte mi alma, porque no la quiero sin ti, ¡ya es tuya!
Respiró hondo una vez más y clavó la mirada ausente en el suelo durante un buen rato. Torció levemente los labios. Cuando levantó los ojos, me parecieron diferentes, mucho más duros, como si el oro líquido se hubiese congelado y vuelto sólido.
—Bella, no quiero que me acompañes —pronunció las palabras de forma concisa y precisa sin apartar los ojos fríos de mi rostro, observándome mientras yo comprendía lo que me decía en realidad.
Hubo una pausa durante la cual repetí esas palabras en mi fuero interno varias veces, tamizándolas para encontrar la verdad oculta detrás de ellas.
—¿Tú... no... me quieres? —intenté expulsar las palabras, confundida por el modo como sonaban, colocadas en ese orden.
—No.
Le miré, sin comprenderle aún. Me devolvió la mirada sin remordimiento. Sus ojos brillaban como topacios, duros, claros y muy profundos. Me sentí como si cayera dentro de ellos y no pude encontrar nada, en sus honduras sin fondo, que contrarrestara la palabra que había pronunciado.
—Bien, eso cambia las cosas —me sorprendió lo tranquila y razonable que sonaba mi voz. Quizás se debía al aturdimiento. En realidad, no entendía lo que me había dicho. Seguía sin tener sentido.
Miró a lo lejos, entre los árboles, cuando volvió a hablar.
—En cierto modo, te he querido, por supuesto, pero lo que pasó la otra noche me hizo darme cuenta de que necesito un cambio. Porque me he cansado de intentar ser lo que no soy. No soy humano —me miró de nuevo; ahora, sin duda, las facciones heladas de su rostro no eran humanas— He permitido que esto llegara demasiado lejos y lo lamento mucho.
—No —contesté con un hilo de voz; empezaba a tomar conciencia de lo que ocurría y la comprensión fluía como ácido por mis venas—. No lo hagas.
Se limitó a observarme durante un instante, pero pude ver en sus ojos que mis palabras habían ido demasiado lejos. Sin embargo, él también lo había hecho.
—No me convienes, Bella.
Invirtió el sentido de sus primeras palabras, y no tenía réplica para eso. Bien sabía yo que no estaba a su altura, que no le convenía.
Abrí la boca para decir algo, pero volví a cerrarla. Aguardó con paciencia. Su rostro estaba desprovisto de cualquier tipo de emoción. Lo intenté de nuevo.
—Si... es eso lo que quieres.
Se limitó a asentir una sola vez.
Se me entumeció todo el cuerpo. No notaba nada por debajo del cuello.
—Me gustaría pedirte un favor, a pesar de todo, si no es demasiado —dijo.
Me pregunté qué vería en mi rostro para que el suyo se descompusiera al mirarme, pero logró controlar las facciones y recuperar la máscara de serenidad antes de que yo fuera capaz de descubrirlo.
—Lo que quieras —prometí, con la voz ligeramente más fuerte.
Sus ojos helados se derritieron mientras le miraba y el oro se convirtió una vez más en líquido fundido que se derramaba en los míos y me quemaba con una intensidad sobrecogedora.
—No hagas nada desesperado o estúpido —me ordenó, ahora sin mostrarse distante—. ¿Entiendes lo que te digo?
Asentí sin fuerzas.
Sus ojos se enfriaron y volvió a mostrarse distante.
—Me refiero a Charlie, por supuesto, te necesita y has de cuidarte por él.
Asentí de nuevo.
—Lo haré —murmuré.
Él pareció relajarse, pero sólo un poco.
—Te haré una promesa a cambio —dijo—. Te garantizo que no volverás a verme. No regresaré ni volveré a hacerte pasar por todo esto. Podrás retomar tu vida sin que yo interfiera para nada. Será como si nunca hubiese existido.
Las rodillas debieron de empezar a temblarme en ese momento porque de repente los árboles comenzaron a bambolearse. Oí el golpeteo de mi sangre más rápido de lo habitual detrás de las orejas. Su voz sonaba cada vez más lejana.
Sonrió con amabilidad.
—No te preocupes. Eres humana y tu memoria es un auténtico colador. A ustedes el tiempo les cura todas las heridas.
—¿Y tus recuerdos? —le pregunté. Mi voz sonó como si me hubiera atragantado, como si me estuviera asfixiando.
—Bueno —apenas dudó un segundo—. Yo no olvidaré, pero los de mi clase... nos distraemos con suma facilidad.
Sonrió una vez más, pero a pesar del aplomo exhibido, la alegría de los labios no le llegó a los ojos. Se alejó de mí un paso.
—Supongo que eso es todo. No te molestaremos más.
El plural captó mi atención, lo cual me sorprendió incluso a mí, ya que a juzgar por mi estado cualquiera hubiera creído que no me daba cuenta de nada.
Alice no va a volver, comprendí. No sé cómo me oyó, porque no llegué a pronunciar las palabras, pero pareció interpretarlas y negó lentamente con la cabeza sin perder de vista mi rostro.
—No. Los demás se han ido. Yo me he quedado para decirte adiós.
—¿Alice se ha ido? —mi voz mostraba incredulidad.
—Ella quería despedirse, pero la convencí de que una ruptura limpia sería mejor para ti.
Me sentía mareada y me costaba concentrarme. Sus palabras daban vueltas y más vueltas en mi cabeza. Pude oír la voz del médico del hospital de Phoenix, la pasada primavera, que decía mientras me enseñaba las placas de rayos X: Es una fractura limpia, como bien puedes ver. Recorrió la imagen de mi hueso roto con el dedo. Eso es bueno, así sanará antes y con más facilidad.
Procuré acompasar la respiración. Necesitaba concentrarme y hallar la forma de salir de aquella pesadilla.
—Adiós, Bella —dijo entonces con la misma voz suave, llena de calma.
—¡Espera! —espeté mientras intentaba alcanzarle, deseando que mis piernas adormecidas me permitieran avanzar.
Durante un momento creí que él también se acercaba, pero sus manos heladas se cerraron alrededor de mis muñecas y las inmovilizaron a mis costados. Se inclinó para acariciar ligeramente mi frente con los labios durante un segundo apenas perceptible. Se me cerraron los ojos.
—Cuídate mucho —sentí su fría respiración sobre la piel.
Abrí los ojos de golpe cuando se levantó una ligera brisa artificial. Las hojas de una pequeña enredadera de arce temblaron con la tenue agitación del aire que produjo su partida.
Se había ido.
Le seguí, adentrándome en el corazón del bosque, con las piernas temblorosas, ignorando el hecho de que era un sinsentido. El rastro de su paso había desaparecido ipso facto. No había huellas y las hojas estaban en calma otra vez, pero seguí caminando sin pensar en nada. No podía hacer otra cosa. Debía mantenerme en movimiento, porque si dejaba de buscarle, todo habría acabado.
El amor, la vida, su sentido... todo se habría terminado...

[ New moon - Stephenie Meyer ]



Quiero que llegue noviembre para ver la película...

domingo, junio 14, 2009

No te salves



No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma

no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios

no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana

y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo

[ Mario Benedetti ]

No me salvo,
pero el, casi desesperadamente, intenta hacerlo...
Pareciera que le fascinara quedarse inmóvil al borde del camino.

jueves, abril 16, 2009

Lo que me gusta de ti




Sabes lo que más me gusta de ti?
Tu libertad,
tu forma de ver la vida,
tu manera de vivir los momentos...

y tus besos...


[Fragmento de bailame el agua]

martes, diciembre 16, 2008

Invisibilidades...




En esta noche en este mundo
las palabras del sueño de la infancia de la muerta
nunca es eso lo que uno quiere decir
la lengua natal castra
la lengua es un órgano de conocimiento
del fracaso de todo poema
castrado por su propia lengua
que es el órgano de la re-creación
del re-conocimiento
pero no el de la re-surrección
de algo a modo de negación
de mi horizonte de maldoror con su perro
y nada es promesa
entre lo decible
que equivale a mentir

todo lo que se puede decir es mentira
el resto es silencio
sólo que el silencio no existe

no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?
en esta noche en este mundo
extraordinario silencio el de esta noche
lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se ve
lo que pasa con el espíritu es que no se ve

¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible

[Alejandra Pizarnik]


Poema de Pizarnik hecha dialogo...
El lado oscuro del corazón II

No había querido verla sola...
Ahora me recuesto en mi cama, con un cigarrillo a medio consumir en los labios y la atención puesta en esta película que, espero, sea tan linda como su primera parte.

Buscando al que vuele, con la misma convicción que oliverio...


miércoles, julio 30, 2008

Rostro de vos




Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.

Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.

Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.

Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.
Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.

Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.

[Mario Benedetti]



Secuencia de la pelicula "el lado oscuro del corazón", del año 92 que vengo a ver recien ahora. Una pena, porque debi haberla visto hace mucho tiempo, me encantó como entremescla la poesia y el dialogo, el surrealismo que la hace tan freak, pero tan magica... No se, me gustó mucho. Asi que el que no la ha visto, veala.


jueves, julio 24, 2008

Arenas de Soledad



Arenas de soledad

Empezar de nuevo
sin destino y sin tener
un camino cierto que,
me enseñe a no perder la fe
y escapar de este dolor
sin pensar en lo que fue
¿cuanto aguanta un corazón
sin el latido de creer?
En lo bello en la verdad de la esperanza
de esta sed de amar
en los sentimientos que se quedan
sueños que perduran
y busqué y subí y fui preso
entre las alas del amor
sin distancia y sin recuerdos
en las arenas de esta soledad
Presa de un silencio roto
hijos del amanecer
que nunca alcanzó esa luz,
tan confundida en el placer
y cierro los ojos,
sólo para comprender
cuánto aguanta un corazón
sin el latido de creer
En lo bello en la verdad de la esperanza
de esta sed de amar
en los sentimientos que se quedan
sueños que perduran
y busqué y subí y fui preso
entre las alas del amor
sin distancia y sin recuerdos
en las arenas de esta soledad.

[Habana Blues]




¿Cuánto aguanta el corazón sin el latido de creer?


lunes, marzo 24, 2008

keys
















- ¿Crees que venga por sus llaves?

- No lo se, hay clientes que dejan sus llaves aqui por años. A veces las recogen en unos dias, a veces tarde un par de semanas.
- ¿Que sucede la mayoria de las veces?
- La mayoria de las veces las llaves se quedan en ese jarro.
- ¿Y por qué las guardas? ¿No puedes tirarlas y ya?
- No... No, no puedo hacer eso.
- ¿Por qué no?
- Si tiro esas llaves, algunas puertas se cerraran para siempre. Y no me corresponde a mí decidirlo...

[My blueberry nigths]



Tirando las llaves...
Espero no dejar ninguna copia escondida por ahi...

miércoles, enero 30, 2008

Eternal


Clementine: Hola. No pensé que te aparecieras delante de mí otra vez, pense que quizas estabas... humillado. Despúes de todo, eres tú el que te fuiste corriendo.
Joel: Sólo necesitaba verte.
Clementine: Si?
Joel: Me gustaría... invitarte a salir, o algo.
Clementine: Estás casado.
Joel: No casado, no todavía. No, no estoy casado.
Clementine: Hey mira, te lo digo así de claro, soy de gran mantención, asi que... no voy a estar a escondidas en función de tu matrimonio, o lo que sea que tengas. Si quieres estar conmigo, estás conmigo.
Joel: Ok.
Clementine: Demasiados tipos piensan que soy un concepto, o que los completo, o que los voy a salvar. Pero solo soy una chica jodida, que está pendiente de resolver su propia vida; no me hagas cargar con la tuya.
Joel: Recuerdo ese discurso muy bien. [...] Todavía pienso que me puedes salvar... incluso después de eso.














Las expectativas nos mandan al carajo

viernes, diciembre 14, 2007

Mi vida sin mi


"Esta eres tú. Con los ojos cerrados, bajo la lluvia. Nunca pensaste que estarías así, nunca te viste, como lo dirías... como.... como esas personas que disfrutan mirando la luna, que se pasan horas mirando las olas o los atardeceres, o el viento en los sauces, supongo que sabes de que clase de personas hablo, a lo mejor no.... Da igual... Pero resulta que te gusta estar así, Desafiando el frío, Sintiendo cómo el agua empapa tu camiseta y te llega a la piel. Y el olor. Y el tacto de la tierra que se ablanda. Y el sonido del agua chocando contra las hojas. Todas las cosas de las que hablan los libros que no has leído. Esta eres tu, quien iba a pensarlo...
Esta eres tu, con los ojos cerrados bajo la lluvia, acabas de descubrir que tu vida ha sido un sueño y ahora estás despertando.
Ésta eres tú. Quién lo iba a decir.
Tú."

[ Mi vida sin mi - Isabel Coixet]



Tengo ganas de ver esta pelicula de nuevo...

domingo, diciembre 02, 2007

Las cosas que nunca te dije



"Que difícil... Pero me parece que aún es mas difícl quedarmelo para mi sola. Supongo que por eso lo hago. Tú siempre me preguntabas en que momento empecé a quererte. Empezé a quererte exactamente cuando llamaste para decir que me dejabas. De hecho fue en ese preciso momento cuando olvidé el amor que sentía antes. Me olvidé de la ternura y... y el sexo... de tu lengua. Me di cuenta de que lo que había sentido antes no era más que el simple reflejo de lo que es el amor. Descubrí que no te había querido nunca. De repente pensé en aquella tortura que practicaban en Francia. Sabes que hacían? Ataban las extremidades de una persona a cuatro caballos y los azuzaban en direcciones diferentes. Pues así es como me sentí. Así es como me siento. Ahora ya sé lo que es amar. Te amo con esa clase de amor que había rezado por sentir cuando era una adolescente y que ahora rezo por no volver a sentir. Nunca más. No lo sé. Sólo quiero que sepas como me siento. Y no, no te creas que lo que quiero es volver a intentarlo. No. Sólo... Sólo quiero que sepas como me siento. No quiero que tu sigas con tu vida sin saber como me siento. No lo soporto..."

[Things I never told you - Isabel Coixet]


Una pelicula que definitivamente hay que ver...