martes, mayo 20, 2008

Recordando


Evoco esta mañana lo que en mi vida quedó trunco. Lo malogrado, que no fue poco; lo inconcluso, que no fue mucho. Lo que, para siempre, quedó a medio hacer. Lo que habiéndome impulsado alguna vez, dejó luego de hacerlo. Lo que no supe llevar a cabo, lo que nunca culminó y, no obstante, fue indicio, fue empeño, fue promesa. Lo que empezó con fuerza. Lo que alcanzó algún perfil y de allí no pasó. Lo que un día se apagó en mi, como se apaga una fuente. Lo que ya no despertó mi latido de entusiasmo. Lo que, sumiso o dolido, me resigné a dejar partir, a perder, a desprenderse.

[Santiago Kovadloff]



Lo evoco este día, para dejarlo ir completamente...
para alejarlo de mi y que deje de ser lo que hasta hoy es.
Para que deje de ser recuerdo y comienze a perfilarse como olvido.


Como un buen y sano olvido.


2 Aleteos:

Zen dijo...

Si, a veces cuesta dejar ir, pero hay que dejar que la corriente se lleve lo que queda de lo que fue. :)


Cariños Mi Queridisima Desconocida, estamos en contacto. :)

Gabriela Dauvin dijo...

Ese fragmento yo tb lo use en su tiempo... tb para describir esa necesidad de desprenderse de una vez, de ciertas cosas... evocarlas y revisarlas por ultima vez.
... de despedirse, pk al fin y al cabo es una despedida, para la que hay que prepararse. Despedirse nunca es facil, no hay que engañarse: no termina ni empieza con el adios... el adios solo va en el medio y entremedio de todo el proceso. Dp vienen los alivios y los nuevos sueños...
A veces solo queda despedirse, cuando se sabe y se confirma que el pasado nunca más vuelve...

te veo luego...